jueves, 11 de julio de 2019
LAS PALOMITAS
(Si esto fuera una oda, así se llamaría, "Oda a Las Palomitas")
Me gustan las palomitas por su crunch.
Porque saben a tenue maicito.
Porque tienen ambos, suavecito y crujiente.
Porque su sabor blanco combina con todo.
Porque me acompañan en momentos especiales.
Porque están a la mano.
Porque son divertidas.
Porque son tronadoras.
Porque se saben toda mi vida.
Y porque saben a toda mi vida.
jueves, 4 de abril de 2019
COMO EL PRIMER DÍA
Hoy experimenté algo por primera vez en mi vida. Fue un tremendo y alucinante choque de sentimientos y emociones antónimas y casi irreconciliables.
Por circunstancias un poco inimaginables, hoy en la mañana estaba en vivo a menos de 15 metros de una de las figuras de la mercadotecnia que más admiro, respeto y escucho desde hace algunos años (lo descubrí por accidente en la tele al darme cuenta que cada idea que expresaba me dejaba atolondrada, y me entusiasmaba sabiendo que estaba aprendiendo algo muy nuevo). Y además, cabía la posibilidad de que en unos minutos más tuviera la oportunidad de entrevistarlo. Mi emoción era incontenible. Me sentía como niña que va a conocer al Santa Clós de a deveras.
Y justo en esos momentos me enteré de que Alberto Cortés había muerto. Y de un fuerte y triste golpe me remonté a la intensa y nublada tarde de ensueño que me enseñó a fumar habano mientras platicaba con palabras que parecían dulces y flores y estrellas y besos, y bebíamos varias onzas de Cardenal de Mendoza, por allá por los 80s, al lado del que fue el amor de mi vida de esa etapa de mi vida. Justo al leer la noticia, mi corazón empezó a llorar entonando “Te sigo queriendo como el primer día...” porque a él lo quise desde el minuto uno.
Después de varias horas que han pasado, tengo un cansancio doloroso y placentero, con el pensamiento revuelto, y el alma feliz y destrozada. Lloro de plenitud y de añoranza.
Nunca me había pasado.
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